¿Y qué fue del motocross belga?

Publicado el 26 de noviembre de 2024, 12:57

JUAN PEDRO DE LA TORRE. Publicado en Moto Verde nº 504, octubre de 2020.

Con sus 52 títulos y sus trece campeones, Bélgica es el país más laureado en la historia del Campeonato del Mundo de Motocross. Pero desde 2008 no ha conseguido ningún título. ¿Qué ha sido del motocross belga?

Joël Robert, Roger de Coster, Gaston Rahier, Harry Everts, Georges Jobé, André Malherbe, Eric Geboers, Stefan Everts, Joël Smets… Son nombres que evocan historia, son los pilotos belgas que han ganado tres o más títulos en el Mundial de motocross. Nombres que por sí solos despiertan admiración. A esta lista hay que sumar más: René Baeten, Jacky Martens, Steve Ramon y Sven Breugelmans. Suman 52 títulos. Para igualar los éxitos del motocross belga habría que juntar todos los campeonatos conseguidos por Francia (19), Italia (17) y Suecia (16).

Sin embargo, desde 2008 Bélgica no ha vuelto a conseguir ninguna corona. La última llegó en MX3 de la mano de Sven Breugelmans, una categoría que ya entonces había pasado a ser secundaria. El último gran título del motocross belga lo consiguió Steve Ramon en MX1 en 2007. La presencia belga en el Mundial ha continuado con un variado número de pilotos, centrada especialmente en la máxima categoría. Clement Desalle –tres veces subcampeón de MX1- y Jeremy Van Horebeek –subcampeón de MXGP en 2014- han sido las referencias del motocross belga, y aún hoy con 31 y 30 años, respectivamente, Desalle y Van Horebeek siguen siendo los mejores representantes en la máxima categoría.

Ningún piloto belga ha tenido opciones reales a un título en todos estos años, aunque puede que esta temporada Jago Geerts, que es actualmente segundo en la clasificación provisional de MX2, podría invertir la tendencia. Pero, como dice el dicho, un grano no hace granero. ¿Qué está sucediendo en Bélgica para que se haya producido semejante cambio? Es evidente que no se trata de un vacío entre generaciones, sino que ya vamos por la tercera generación post-Everts en busca de un título que no llega.

¿Por qué está sucediendo esto? En busca de respuestas hemos preguntado a Stefan Everts, campeón de campeones, un hombre que conoce perfectamente la historia del motocross belga porque la ha vivido desde niño, viendo ganar a su padre Harry y a sus contemporáneos, y después, durante más de una década, ha sido la referencia máxima del motocross mundial.

Antes que nada, quisimos saber cuál era su estado de salud, que pasó por momentos muy delicados tras contraer la malaria en 2018 durante una visita al Congo para participar en una carrera benéfica. Tras pasar por la UCI y vivir momentos críticos, Everts se mostraba muy optimista y confiado: “El estado de mi pie ha mejorado bastante, me hicieron unas pruebas hace unas semanas y todo va bastante bien. He podido empezar a hacer ejercicio físico, y he seguido trabajando con mi hijo Liam a la espera de saber cuándo podremos volver a la acción. Liam continúa su progresión, está creciendo físicamente, cada está más fuerte y sigue trabajando para mejorar”.

La historia interminable

Sobre la situación del motocross en Bélgica, Everts tiene claro que no es algo nuevo ni reciente, sino que arranca ya en sus tiempos en activo, cuando empezaron a experimentarse cambios.

-“Mira, es una larga historia. Ahora no hay apoyo político, ha decaído el interés, y la atención de los medios de comunicación también disminuyó después de que yo me retirara. Pero no es un tema de ahora o de hace unos pocos años, empieza atrás. Hemos perdido carreras, hemos perdido circuitos permanentes. Los organizadores de carreras tienen dificultades para mantener abiertos los grandes circuitos de motocross que vemos en el Mundial porque no les resulta rentable mantener la instalación para una sola carrera al año, porque la presión de los grupos ecologistas sobre los políticos hace que no se autorice su uso durante toda la temporada, afectando a la competición, a la organización de carreras, al nivel de la competición en Bélgica. Como ves, no solo hay una razón para explicar el porqué de esta situación; hay muchas razones”.

Para Everts, estas dificultades han provocado que el nivel de la competición nacional haya bajado. Es una reacción en cadena: carreras nacionales de menor nivel, pilotos menos preparados, peores resultados internacionales, menor interés de los medios…

-“Esta situación no se daba en el pasado, había muchos pilotos en todas las categorías, había interés por parte de los medios de comunicación. Lo que sucede ahora es que el nivel del campeonato ha bajado y hay pocos pilotos con opciones. Ahora Jago [Geerts] tiene opciones, pero es el único. Yo estoy trabajando para que en un par de años Liam pueda tener esa oportunidad”.

La percepción desde fuera es que el motocross ha dejado de ser un deporte absolutamente popular en Bélgica, por las complicaciones que existen para su práctica. La presión de los grupos ecologistas y el desinterés político no facilitan una solución.

-“Es cierto que en países como el mío, o como Alemania –dice Everts-, con una densidad de población elevada, hay una mayor presión de los ecologistas, y la gente ha cambiado de mentalidad respecto al deporte del motocross. Es así. Y para nosotros es realmente duro. Intentamos que Jago, y que Liam, consigan mayor atención por parte de los medios de comunicación para mantener la popularidad del motocross. Intentamos que los políticos defiendan nuestro deporte, pero la política en Bélgica es como un jardín de infancia. Tenemos un nuevo primer ministro, hemos intentando que nos apoyen, pero es la historia interminable”.

Lo que sucede con Bélgica es aquello de que “los árboles no dejan ver el bosque”. Quizás los éxitos al más alto nivel de sus pilotos hicieron que se infravaloraran los problemas internos. Hay una forma de medir el impacto de las dificultades que han encontrado los organizadores belgas para llevar a cabo carreras. En 1990, dejando a un lado los correspondientes grandes premios de cada categoría, había 20 carreras belgas inscritas en el calendario internacional de motocross de la FIM (Federación Internacional de Motociclismo). En 2009, tres años después de la retirada de Everts, la federación belga solo inscribió diez pruebas. Esta temporada, solo hay tres, menos de la mitad de las que tiene Suiza, un país donde la práctica de los deportes de motor está sometida a todo tipo de restricciones.

El desafío de hacer carreras

Esa complicación para hacer carreras también la conoce de primera mano Jorge Prado, que años atrás, siendo un niño, se instaló en Bélgica para hacer crecer su pilotaje y poder abrirse camino en el Campeonato del Mundo. De hecho, Prado trabajó con Everts en su época de 125, y posteriormente con Joël Smets, otro de los grandes campeones belgas. Su experiencia sobre las carreras en Bélgica también resulta interesante.

-“Sé que han cerrado muchas pistas, que hay muy pocas pistas operativas. Yo apenas conozco tres que estén abiertas: Lommel, Honda Park, y Genk. Esa puede ser una de las razones de que no salgan más pilotos. Tampoco sé cómo es la federación belga, si hay ayudas a los pilotos. Es complicado opinar sobre este tema”, admite Prado.

Aunque residía en Bélgica, Prado compitió principalmente en el campeonato internacional de Holanda, pero tiene experiencia para comparar tanto uno como otro campeonato, así como las pruebas del Campeonato de España, lo que nos ayuda a tener una perspectiva global de la situación.

-“El campeonato belga lo corrí poco, yo corría el internacional de Holanda. Las carreras de Bélgica no se pueden comparar con las de Holanda, y las de Holanda con las de España. Son completamente diferentes. Como montaje y estructura, está muchísimo mejor el Campeonato de España, a nivel de circuitos, equipos… Las marcas llevan sus pilotos oficiales, sus camiones de equipo… En Holanda hay pilotos oficiales que van con su furgo sin más. Entrar en un paddock español es mucho más espectacular que hacerlo en un paddock holandés. El Campeonato de España está muy bien organizado, solo hay que mejorar un poco la preparación de las pistas”.

Después de escuchar a Everts hablar sobre las dificultades para organizar carreras en su país, las palabras de Prado confirmar totalmente una visión que desde España parece inverosímil.

-“En Bélgica las carreras del campeonato son pruebas en campos de maíz, parecen casi cronos de enduro. Se hace una prueba o dos en Lommel, pero no está preparado igual que para el Mundial, porque para el Gran Premio le meten saltos y es completamente diferente. Imagínate: cuando he ido a entrenar a los circuitos de campeonato belga, les ponen tres badenes, que te imaginas que eso es un salto, y es así. Está bastante mal”.

A pesar de todo, Bélgica ha servido de referencia para muchos pilotos a la hora de mejorar su nivel. El propio Prado es una prueba palpable. Preguntamos a Everts sobre esa contradicción, la de crear campeones para otros países mientras en su casa tienen dificultades para mantener el nivel.

-“Claro, también eso influye –admite Everts-. Son muchos los pilotos que vienen de otros países a trabajar con nosotros para mejorar su pilotaje, y eso ha elevado el nivel del motocross en otros países, mientras nosotros seguimos con nuestros problemas. La gente que viene de fuera, como lo hizo Jorge, está trabajando muy duro, mientras que aquí en Bélgica no parecen respetar nuestro trabajo, y es una pena. Necesitamos recuperar el respecto de la gente, recuperar la atención de los medios de comunicación y de los políticos. Como deporte, el motocross ha perdido su influencia en Bélgica. No podemos competir con el fútbol, que es obviamente el deporte número uno, o el ciclismo, pero el motocross tenía popularidad hasta que los medios de comunicación dejaron de interesarse por él”.

Falta de atención

Todo está relacionado. Con campeonatos nacionales de bajo nivel no hay resultados internacionales, y sin esos resultados no hay interés de los medios, y si los medios no se interesan no se consiguen recursos –tanto económicos como políticos- para seguir progresando. Un círculo vicioso.

A los jóvenes pilotos belgas les falta apoyo. Alguien como Liam Everts, gracias a su circunstancia personal, podrá salir adelante a pesar de todas las adversidades. Pero otro pilotos no. El propio Prado nos hablaba de Jago Geerts.

-“Ahora mismo sé que Jago tiene oportunidad de salir en más medios porque este año tiene posibilidad de luchar por el título, pero hablando del pasado, cuando éramos más pequeños, yo tenía a mi favor que estaba en el equipo oficial, tenía un sponsor como Red Bull, y eso hace que tu imagen crezca. Los medios en España hicieron un  buen trabajo, siempre me dieron mi espacio, y eso hizo que poco a poco fuese creciendo a nivel mediático, y comparado con Jago o con el resto de niños, yo sí que vi una diferencia. Cuando llegué al Mundial de motocross ya todo el mundo me conocía, y a lo mejor a los demás posiblemente no”, confiesa con gran honestidad Prado.

-Jorge, ¿tú crees que la prensa belga pone suficiente atención en sus pilotos?

-“No sé cómo era antes. Yo me vine a Bélgica después de la época de Stefan, y el cambio fue un poco antes. A nivel de prensa creo que en los periódicos sale siempre motocross, pero supongo que antes saldría más, pero no lo sé”.

La duda es si hay posibilidades de cambio a corto o medio plazo, si en el futuro volveremos a ver campeones belgas o, por el contrario, el domino que ejercieron en el motocross formará parte del pasado.

-“Sé que es duro lo que he estado diciendo, pero muchas cosas tendrían que cambiar. Por mi parte seguiré peleando para mantener el motocross en la mejor posición posible, pero también hacen falta más y mejores carreras, más circuitos, y una proyección internacional de nuestro deporte que ahora no tenemos”, lamenta Stefan Everts.

Las palabras de Everts nos abocan a un futuro poco esperanzador para Bélgica. Quizás si Jago Geerts se coronara en MX2 esta temporada, quizás si Liam Everts consiguiera reeditar en un futuro más o menos próximo los éxitos de su abuelo y de su padre, puede que se recuperara el interés de Bélgica por el motocross y volvamos a verles triunfar de nuevo, pero de momento y viendo cómo nos pintan la situación mucho tendría que cambiar todo para que Bélgica volviera por sus fueros.

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